¡Paren rotativas! ¡Que frene el mundo! ¡Colapso! ¡Crisis! ¡Histeria! Parece ser que ¡no te entra el desayuno en el hotel! Tanto tiempo esperando tu viaje, tantas ganas de vivir esa escapada, y vaya por Dios, el desayuno no está incluido en tu alojamiento y sientes como una ola de incertidumbre te rodea. ¿Qué voy a hacer? ¿Voy a morir de inanición? Vale, estamos exagerando, pero ya sabéis que somos un poco jokers y nos gusta haceros soltar una carcajada. Pero ahora, vayamos en serio: para muchos, no tener el desayuno incluido en su hotel puede ser un pequeño quebradero de cabeza. Y sí, por mucho que tú seas un/a valiente aventurero/a, seguro que si te has encontrado en esta situación te habrás hecho las típicas preguntas de “¿con lo que he pagado y ahora también tengo que gastar en el desayuno?”, “¿y dónde puedo ir si no conozco el lugar?”, “¿qué podré comer?” o el clásico “yo, es que sin un café al despertar, no soy persona”. Don’t panic, este post está dedicado a todas aquellas personas que están en esta situación y a quienes tengan un viaje sorpresa Waynabox en breves.

Como ya sabéis, nuestras escapadas sorpresa incluyen vuelos de ida y vuelta y dos noches de alojamiento en régimen de sólo alojamiento. Es decir, las dietas no están incluidas. Y como muchos nos preguntáis con una voz que nos hace imaginaros como el fantástico emoji que imita El grito de Munch (éste: ??), hoy os damos 5 alternativas al desayuno de hotel:

1. El clásico: una cafetería BBB. Siglas de buena, bonita y barata, aunque siempre teniendo en cuenta dónde estés (no es lo mismo un café en Oporto que en Ginebra). Eso sí, huye de las zonas turísticas (donde los precios ascienden vertiginosamente) y piérdete por callejuelas. Esta, sin duda, es la mejor opción para desayunar algo distinto y típico y a buen precio. Seguro que al lado de tu hotel hay más de una cafetería de barrio con encanto, de las que no salen en TripAdvisor pero que te ofrecerán un buen café y una pasta o bocadillo por menos de 3 o 4 euros. Si lo piensas bien, incluso más barato que desayunar en el hotel: ¡normalmente, incrementa una media de 10-15€ la noche!

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El Milnar Caffé fue mi salvación y gran descubrimiento durante mi viaje Waynabox a Budapest. Café y pasta… ¡por menos de 2 euros! Se encuentra en Corvin sétány 1

2. El on the road: la panadería de toda la vida. Es la opción más barata y que te evitará perder tiempo. Ideal para esos días que se te pegan las sábanas -porque la noche anterior fue muy, muuuuy larga e intensa- pero sabes que tienes que levantarte porque aún hay MUCHO que ver y hacer. Pues muy fácil: acércate a la panadería más cercana (seguro que a menos de 300 metros a tu redonda, encuentras una) y deléitate con el espectáculo de pastas dulces y saladas que se abrirá a tus ojos. En serio, yo soy adicta a entrar a panaderías y descubrir que hay mundo más allá del croisant o la caña de crema o chocolate. En Budapest descubrí unas pastitas rellenas de albaricoque riquísimas, por ejemplo 🙂

¿Estás por París? Hay, pues esta opción te encantará. Sus panaderías son... ¡increíbles!

¿Estás por París? Hay, pues esta opción te encantará. Sus panaderías son… ¡increíbles!

3. El artesano: desayuno (del súper) en la habitación. Otra opción económica es pasar por el súper más cercano la noche anterior y preparar un desayuno de foto en la cama. Zumos, tostadas, mermelada, muffins… Muchos hoteles incluso incluyen cafetera en la habitación, así que con suerte, incluso podrás acompañar el manjar de un buen té o café. ¡Ah! Y con una compra, seguro que tienes para todos los días del viaje.

Esta foto era demasiado apetitosa como para no ponerla. ¿El reto? Imitarla

Esta foto era demasiado apetitosa como para no ponerla. ¿El reto? Imitarla

4. El hipster: Un picnic en el parque. Esta es la versión sofisticada de la anterior. Tan instagrameable como el desayuno en la habitación es la versión picnic en el parque. Es tan sencillo como hacer la misma compra (económica) del súper, pero añadirle un escenario distinto. Ideal para estos destinos donde están nuestros parques favoritos de Europa. Además de sacar unas buenas fotos para Instagram, disfrutarás de una experiencia al aire libre diferente.

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5. El friendly: un auténtico desayuno típico en casa de un local. Si eres una persona abierta y te es fácil conocer a gente nueva, esta es tu mejor opción. Y, además, ¡gratis! Haz amigos (o algo más) el primer día y consigue colarte en su casa. Si esa “relación” ha sido algo más que amistad, probablemente ya te despiertes en esta casa ajena y el desayuno ya venga incluido tras la juerga. Sino, da igual: si has sido capaz de conocer a gente local, seguro que sabrás ingeniártelas para autoinvitarte a un desayuno casero.

Esto es lo que pasa cuando tecleas "friends breakfast" en Google

Esto es lo que pasa cuando tecleas “friends breakfast” en Google

¿Desayuno en el hotel? ¿Qué es eso? Mejor explora nuevas experiencia y, sobre todo, no dejes que un desayuno te impida ver tooooodo el viaje.

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