El lenguaje nació para entender y hacerse entender. Ajá. ¿Pero qué pasa cuando el idioma no acompaña? ¿Significa eso el fin de la comunicación? Cualquier viajero sabe que no.
Es cierto que en el contexto globalizado de hoy en día es, más que nunca, esencial saber inglés, ya establecido como el indiscutible idioma universal. Pero podría darse el remoto caso de que bien nosotros o bien nuestro interlocutor no tengamos el dominio que desearíamos de la lengua de Shakespeare.
Inventos al rescate.
Algo así les ocurrió a los creadores de esta camiseta cuando, durante un viaje algo accidentado, tuvieron la brillante idea de saltarse todas las barreras idiomáticas gracias a la magia de la iconografía. Estas camisetas tienen los pictogramas más básicos que puede requerir un viajero, cubriendo así la mayoría de necesidades esenciales.
Los amigos de Google, por su parte, son algo más sofisticados. Ellos prefieren seguir trabajando con Google Translate y sus impresionantes funcionalidades de traducción inmediata a través de la cámara.
Matar la vergüenza.
Pero, juguetitos aparte, si uno verdaderamente quiere establecer contacto humano, al final no queda otra que echarse p’alante. Combina el poco conocimiento que puedas tener del idioma con el lenguaje universal de las señas; si ello lo acompañamos de expresividad (incluso algunas gotas de teatralidad), la fórmula es infalible. No tengas vergüenza de tocarte la barriga para indicar que tienes hambre, o de acostarte sobre tus manos para decir que buscas un lugar donde dormir. Quien quiere entenderse, se entiende.
Peter Griffin entendiéndose con un hombre italiano.
La lógica es tu amiga
A la hora de asimilar un idioma extraño, todo suma. Fíjate en los carteles, intenta leer los rótulos de las tiendas y comprender su significado por su contexto; más adelante, todo lo que hayas ido recopilando te podrá ayudar a salir de un apuro. Incluso, llevar una pequeña libretita en la que tomar notas puede significar un gran salto, puesto que la retentiva de una palabra es mayor si esta se ha escrito que si solo se ha leído.
Si el idioma en cuestión procede del latín, tira de etimología básica. Si además tenemos en cuenta el contexto de la situación, verás que no resulta tan complicado.
Por último, no está de más tener preparadas algunas frases sencillas pero esenciales en el idioma en cuestión, a saber:
- Hola, ¿cómo estás?
- Me llamo…
- Muchas gracias.
- Querría comer…
- ¿Dónde está…?
- Soy rico y estoy soltero.
Y ahora que ya no tienes barreras para viajar, ¿a qué esperas para escaparte a un destino sorpresa con Waynabox?
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