Conocer un nuevo lugar es también conocer su gastronomía. Si tu próximo destino sorpresa es Viena, ¡te vas a poner las botas! Es imposible pensar en la capital de Austria sin que nos venga a la mente la deliciosa Sacher, pero más allá de esta famosa tarta, la cocina austríaca tiene mucho que ofrecer.
De Viena a tu estómago
¿Sabías que Viena es la única ciudad del mundo que da nombre a un estilo de comida autónoma? La Cocina Vienesa, reputada entre los paladares más sibaritas, es el resultado de añadir un toque de fantasía e innovación a las influencias culinarias de los países vecinos.
Entra en un ‘beisl’ -típica taberna de la ciudad- o en un heuriger -locales rústicos que sirven vinos jóvenes de su propia cosecha junto con platos típicos vieneses- y descubre sus mejores sabores.
Por si vas un poco perdido aquí te dejamos nuestras recomendaciones:
Wiener Schnitzel
¡Es uno de los platos más top de Viena! Se trata de un escalope de ternera empanado, normalmente acompañado de una ensalada tibia de patatas y, curiosamente, deriva de nuestro cachopo. Durante la Edad Media, los árabes llevaron este plato español primero a Italia y después a Viena, donde adaptaron este filete de ternera, rebozado en harina, huevo y pan y frito con mantequilla.
Gulash
De la cocina húngara llega este famoso cocido especiado de carne estofada, cebollas, pimiento y pimentón. Un plato económico que encontrarás en el Café Weidinger.
Würstel
¡Se trata de la tradicional salchicha de Viena! Generalmente se acompaña con sauerkraut (chucrut).
Tafelspitz
Este plato 100% vienés se elabora con carne de la parte más trasera de la ternera, cercana a la cola. Este filete se cuece en un caldo de verduras, vinos y especias y se presenta cortado en rebanadas y acompañado de compota de manzana y puré de patata.
Palatschinken
La crêpe vienesa es un postre típico con reminiscencias a la crêpe francesa y que se considera uno de los tentempiés más rápidos. Generalmente se rellena de mermelada de albaricoque y se espolvorea con azúcar glass.
Apfelstrudel
Este postre típico consiste en un rollo fino de masa, principalmente de hojaldre, relleno de compota de manzana, pasas, canela, azúcar y pan rallado. Unos minutos al horno y ¡deliciosamente listo!
Sachertorte
Elaborada a base de capas de bizcocho de chocolate rellenas de mermelada de melocotón o fresa, y recubierta de chocolate. ¡Solo de pensar en esta tarta se hace la boca agua! La creó un aprendiz de repostería en 1832 y desde entonces no ha dejado de venderse.
Cuarenta años después, el hijo del creador fundó el Hotel Sacher, en el que hoy en día se forman colas interminables para degustar la famosa tarta. ¡No te vayas sin probarla! Aunque lo cierto es que podrás encontrarla igual de buena en otros locales de la ciudad ¡y más barata!
Café vienés
No es en sí un plato, pero cabe destacar que la cultura del café en Viena es tal que la UNESCO decidió en 2011 declarar a esta excitante bebida como “Patrimonio Cultural Inmaterial”. Acércate al Café Sacher o Café Central y disfruta de su mezcla entre amargo y tostado.
Las mejores zonas de la ciudad para comer
Si viajas a Viena, en todas las zonas de la ciudad encontrarás restaurantes de casi todos los tipos, aunque una de las zonas más destacables para comer es la del barrio de la catedral. Cerca de la catedral de San Esteban encontrarás una gran variedad de pastelerías y restaurantes e ¡incluso algún heuriger! Eso sí, ten en cuenta que los vieneses suelen comer antes que los españoles.
¡Ah! Y si te gusta el pan te diré que la fama de que en Viena hay buen pan es totalmente justificada: tanto en panaderías como en supermercados y restaurantes hay un montón de tipos de pan para escoger, desde pan con zanahoria o con olivas, hasta pan con semillas, integral, en barra, en bollo… ¡Y también encontrarás los famosísimos Pretzels!