¿Cómo funcionan las propinas en Europa?

Viajas a un sitio bonito, entras a un restaurante y disfrutas de una comida deliciosa con un buen servicio, pero llega la hora de pagar y… ¿qué? ¿Dejo propina o no la dejo? Y si lo hago, ¿cuánto?

En ese momento es cuando te convendrá recordar esta práctica guía sobre cómo funcionan el tema de la propina en Europa. Y es que en algunos lugares del mundo -como los Estados Unidos- la propina es tan natural que hasta suele venir incluida en el precio, mientras que en otros -como Japón- puede estar incluso mal visto. En Europa, funciona de la siguiente manera.

INNECESARIA

Grecia. Es un caso raro en Europa, porque los griegos incluyen la propina (15%) en la cuenta por ley. Si quedas muuuy satisfecho, puedes incrementarla entre un 5 y un 10 por ciento. Basta con dejarla encima de la mesa.

Islandia, Dinamarca y Finlandia. La propina está incluida en la cuenta y ningún camarero la espera aunque tampoco se ofende si se la dan. Debería ser de entre el 5-10 por ciento de la cuenta.

Noruega. Las propinas nunca son esperadas y es algo mucho más voluntario y discrecional que en otros países de la UE. Suele dejarse un 10 por ciento.

RECOMENDABLE

Alemania y Hungría. Lo importante aquí no es el cuánto sino el cómo. No se puede dejar encima de la mesa, hay que dársela al camarero. El truco es pagar con un bilete más grande del precio total y decirle ‘Stimmt so’ ( ‘guarda el cambio’).

Holanda, Italia y Portugal. En estos países sucede como en España: no es obligatoria ni hay una fórmula para calcular la cifra. Se tiende al redondeo y basta con dejar unas monedas encima de la mesa.

Francia. Aunque suele estar incluida, siempre se completa con un 10 por ciento. En casos de que no se cobre este servicio, se eleva al 15 por ciento. Lo normal es dejarla en la mesa, pero si el restaurante está muy lleno compensa hacerlo en mano y decirle al camarero: “C’est bon.”

Rusia y Ucrania. Prohibidas durante el régimen comunista, la creación de la CEI (Comunidad de Estados Independientes) las ha popularizado en sus 11 estados miembros. Debe ser de entre un 5 y un 10 por ciento del total de la factura.

Austria, Polonia y Suecia. La cuenta ya suele incluir un pago extra en concepto de propina, aunque los camareros están acostumbrados a recibir un 10 por ciento más por sus servicios.

NECESARIA

Reino Unido. Antes de ponerte a hacer cálculos revisa bien la cuenta, porque en Reino Unido suelen cargar la propina bajo el epígrafe ‘service included’. No es obligatoria, así que si no la quieres pagar puedes decir que te la anulen a riesgo de ganarte una mala cara. Si crees que se merecen más (10-15 por ciento) basta con decirlo. Si pagas con tarjeta, especifícalo bien: si no, será el camarero el que pondrá lo que quiera.

República Checa. Existe la obligación moral de dejarla (5-15 por ciento) ya que completa el sueldo del camarero, aunque antes de hacerlo revisa bien la cuenta porque a veces está incluida. En los locales pequeños dásela al camarero para evitar que nadie se la lleve.

Si después de leer esto todavía te quedan dudas, te recomendamos que eches mano de aplicaciones como Tripulator Global Tipping, que facilitan la tarea, o de la guía Tips on tipping (A global guide to gratuity etiquette), publicada en 2011 por los periodistas Carole French y Reg Butler.

Y si no, siempre puedes hacer como el Señor Rosa en Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992).

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¿Cómo tener conexión a Internet con tu smartphone cuando viajas?

Que levante la mano quien no haya sentido una sensación de vacío y sudores fríos en aterrizar a otro país y sentirse obligado a apagar los datos (por eso de no pagar tarifas abusivas) y quedarse sin conexión all day, all night. Si la has levantado, no sufras, no eres un bicho raro, sino que sufres un claro caso de nomofobia, frecuente en más del 85% de nuestra sociedad. Es la adicción a estar hiperconectados y es que cuando estás acostumbrado a levantarte de la cama al son de los últimos tuits, a acostarte repasando las últimas publicaciones de Instgaram y a despedirte de todo el mundo cada día con un “te escribo por whats”, es difícil pasar ni que sean tres días desconectados de todos. Y como la gran pregunta siempre es “¿cómo puedo tener conexión a Internet cuando viajo?” es la pregunta estrella en estos tiempos, aquí estamos para respondérosla.

1. Contratar un plan internacional con tu compañía telefónica. Todas las compañías ofrecen planes internacionales que o bien pueden ir incluidos dentro de tu tarifa mensual con datos ilimitados, o bien proponen adquirir un paquete de datos limitados (y ampliables) por un precio concreto. Consulta con tu compañía para saber qué planes te ofrecen.

2. Ir en busca y captura de WiFi. No hay duda de que es la actividad más frecuente entre los viajes y viene a ser eso de salir a la calle, móvil en mano, y ver si cazas cualquier WiFi abierto. Desde el WiFi público que ofrecen muchas ciudades en zonas turísticas, hasta restaurante, bares o cafés, hoteles o sitios de interés turístico, que a cambio de un mail, un like en Facebook u otros trueques, te ofrecen conexión ilimitada. Es una buena práctica y es que hoy en día en casi todos los establecimientos hay WiFi, pero eso sí, hay que ir con cuidado en qué redes te conectas y sabes realmente su procedencia. Muchos hackers crean puntos wifi que atraen al público y que sirven para estafar a quienes se conectan. Así que di sí al WiFi del Starbucks y similares, pero cuidado con los típicos “Hotspot”.

3. Adquirir una tarjeta SIM Europea. Es una opción que poca gente conoce pero la más idónea si, además de datos, necesitarás hacer más de una llamada. Puedes adquirirla tanto en tu compañía telefónica o bien en plataformas especializadas a ello, como Go Sim o One Sim Card. Esta tarjeta debes insertarla en tu dispositivo y obtendrás un nuevo número y las tarifas propias del país en el que estés.

4. Tener nociones de hacker y “tomar prestada” la red de otro terminal. Una vez un conocido me enseñó a hacerlo pero me pareció una técnica demasiada compleja para una simple Social Media Manager. Pero sí, sé que hay gente que sabe hacerlo. Allá tu con las consecuencias 😉

5. Olvidarte el móvil en casa… ¡y desintoxicarte! Opción que una Social Media Manager, y por tanto adicta a las redes, no puede contemplar. Pero, hey, muchos amigos lo han puesto a prueba y al regresar se han sentido mucho mejor. Quién sabe, quizás en mi próxima escapada lo intento… o no 😉

Y ahora que ya sabes cómo escaparte sin quedarte out del mundo, ¿a qué esperas para hacer un viaje sorpresa Waynabox?

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No me entra el desayuno en el hotel, ¿qué hacer?

¡Paren rotativas! ¡Que frene el mundo! ¡Colapso! ¡Crisis! ¡Histeria! Parece ser que ¡no te entra el desayuno en el hotel! Tanto tiempo esperando tu viaje, tantas ganas de vivir esa escapada, y vaya por Dios, el desayuno no está incluido en tu alojamiento y sientes como una ola de incertidumbre te rodea. ¿Qué voy a hacer? ¿Voy a morir de inanición? Vale, estamos exagerando, pero ya sabéis que somos un poco jokers y nos gusta haceros soltar una carcajada. Pero ahora, vayamos en serio: para muchos, no tener el desayuno incluido en su hotel puede ser un pequeño quebradero de cabeza. Y sí, por mucho que tú seas un/a valiente aventurero/a, seguro que si te has encontrado en esta situación te habrás hecho las típicas preguntas de “¿con lo que he pagado y ahora también tengo que gastar en el desayuno?”, “¿y dónde puedo ir si no conozco el lugar?”, “¿qué podré comer?” o el clásico “yo, es que sin un café al despertar, no soy persona”. Don’t panic, este post está dedicado a todas aquellas personas que están en esta situación y a quienes tengan un viaje sorpresa Waynabox en breves.

Como ya sabéis, nuestras escapadas sorpresa incluyen vuelos de ida y vuelta y dos noches de alojamiento en régimen de sólo alojamiento. Es decir, las dietas no están incluidas. Y como muchos nos preguntáis con una voz que nos hace imaginaros como el fantástico emoji que imita El grito de Munch (éste: ??), hoy os damos 5 alternativas al desayuno de hotel:

1. El clásico: una cafetería BBB. Siglas de buena, bonita y barata, aunque siempre teniendo en cuenta dónde estés (no es lo mismo un café en Oporto que en Ginebra). Eso sí, huye de las zonas turísticas (donde los precios ascienden vertiginosamente) y piérdete por callejuelas. Esta, sin duda, es la mejor opción para desayunar algo distinto y típico y a buen precio. Seguro que al lado de tu hotel hay más de una cafetería de barrio con encanto, de las que no salen en TripAdvisor pero que te ofrecerán un buen café y una pasta o bocadillo por menos de 3 o 4 euros. Si lo piensas bien, incluso más barato que desayunar en el hotel: ¡normalmente, incrementa una media de 10-15€ la noche!

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El Milnar Caffé fue mi salvación y gran descubrimiento durante mi viaje Waynabox a Budapest. Café y pasta… ¡por menos de 2 euros! Se encuentra en Corvin sétány 1

2. El on the road: la panadería de toda la vida. Es la opción más barata y que te evitará perder tiempo. Ideal para esos días que se te pegan las sábanas -porque la noche anterior fue muy, muuuuy larga e intensa- pero sabes que tienes que levantarte porque aún hay MUCHO que ver y hacer. Pues muy fácil: acércate a la panadería más cercana (seguro que a menos de 300 metros a tu redonda, encuentras una) y deléitate con el espectáculo de pastas dulces y saladas que se abrirá a tus ojos. En serio, yo soy adicta a entrar a panaderías y descubrir que hay mundo más allá del croisant o la caña de crema o chocolate. En Budapest descubrí unas pastitas rellenas de albaricoque riquísimas, por ejemplo 🙂

¿Estás por París? Hay, pues esta opción te encantará. Sus panaderías son... ¡increíbles!
¿Estás por París? Hay, pues esta opción te encantará. Sus panaderías son… ¡increíbles!

3. El artesano: desayuno (del súper) en la habitación. Otra opción económica es pasar por el súper más cercano la noche anterior y preparar un desayuno de foto en la cama. Zumos, tostadas, mermelada, muffins… Muchos hoteles incluso incluyen cafetera en la habitación, así que con suerte, incluso podrás acompañar el manjar de un buen té o café. ¡Ah! Y con una compra, seguro que tienes para todos los días del viaje.

Esta foto era demasiado apetitosa como para no ponerla. ¿El reto? Imitarla
Esta foto era demasiado apetitosa como para no ponerla. ¿El reto? Imitarla

4. El hipster: Un picnic en el parque. Esta es la versión sofisticada de la anterior. Tan instagrameable como el desayuno en la habitación es la versión picnic en el parque. Es tan sencillo como hacer la misma compra (económica) del súper, pero añadirle un escenario distinto. Ideal para estos destinos donde están nuestros parques favoritos de Europa. Además de sacar unas buenas fotos para Instagram, disfrutarás de una experiencia al aire libre diferente.

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5. El friendly: un auténtico desayuno típico en casa de un local. Si eres una persona abierta y te es fácil conocer a gente nueva, esta es tu mejor opción. Y, además, ¡gratis! Haz amigos (o algo más) el primer día y consigue colarte en su casa. Si esa “relación” ha sido algo más que amistad, probablemente ya te despiertes en esta casa ajena y el desayuno ya venga incluido tras la juerga. Sino, da igual: si has sido capaz de conocer a gente local, seguro que sabrás ingeniártelas para autoinvitarte a un desayuno casero.

Esto es lo que pasa cuando tecleas "friends breakfast" en Google
Esto es lo que pasa cuando tecleas “friends breakfast” en Google

¿Desayuno en el hotel? ¿Qué es eso? Mejor explora nuevas experiencia y, sobre todo, no dejes que un desayuno te impida ver tooooodo el viaje.

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Cómo viajar a países sin Euro (y no acabar estafado)

Uno de los trámites más farragosos a los que se puede enfrentar un viajero es el cambio de divisas. Por eso en Waynabox hemos elaborado esta guía para viajar a países fuera de la zona Euro y no acabar estafado.

1. Informarse sobre la moneda local

Parece una perogrullada, pero es algo hay que comprobar siempre, siempre, antes de un viaje si no estamos familiarizados con el destino. A veces es muy fácil caer en la suposición de que, si se trata de un país europeo, usarán el euro. Y no es así. Estados como Dinamarca, Hungría o Polonia tienen moneda propia.

¿Cómo es eso? Europa es una cosa y la eurozona (o zona euro), otra. Y así como no todos los países de Europa pertenecen a la Unión Europea, tampoco todos los países de Europa usan el euro (¡ni siquiera todos los estados miembros de la UE usan el euro!). Aquí puedes ver con más detalle el desglose de países y sus respectivas divisas.

2. Conocer el cambio

Ya conocemos la moneda, pero… ¿Cuánto vale? Para ello, lo mejor es consultar alguna página de confianza como xe.com o similares. Deberemos tener bien presente el cambio en todo momento. Una vez en nuestro destino, puede ser útil echar mano de la calculadora del móvil cuando vayamos a comprar cualquier cosa.

3. Conseguir el dinero

Hay varias opciones para conseguir la moneda local. Las más comunes son las siguientes:

Banco (antes del viaje)
La opción más extendida y segura es pedírselo a tu entidad bancaria días antes de partir (ten en cuenta que pueden tardar algunos días en recibir el dinero). No hay que olvidar que tooodos los bancos aplicarán una comisión por hacer el cambio.

Conviene informarse de cuánto es esa comisión y, si es necesario, comparar distintas entidades financieras para decidir cuál sale más a cuenta.

Aeropuerto y casas de cambio
Hay quien te dirá que no te preocupes por el cambio de divisa, que ya lo harás en el país de destino sin problema. Y, si bien es cierto que existen múltiples opciones para cambiar dinero tanto en aeropuertos como en el centro de las ciudades más concurridas, conviene andarse con cien ojos al tratar con estas compañías.

La razón principal es que suelen abusar de la necesidad del visitante para cobrar comisiones abusivas; incluso aquellas casas que indican que son libres de comisiones, ¡cuidado!

Lo más probable es que lo hagan porque realizan el cambio de divisa a un valor inferior al precio de mercado. ¿Significa eso que no existen casas de cambio honradas y rentables para el viajero? Haberlas, haylas, pero hay que discernir muy bien entre las buenas y las que no lo son tanto; para ello, no queda más remedio que informarse bien y comparar, comparar y comparar.

En resumen, ojito con las casas de cambio: pueden salir a cuenta, sí, pero es fácil caer en engaños, especialmente si no conocemos bien el destino.

Por cierto, [modo mama ON] nunca, jamás, bajo ningún concepto cambies tu dinero a alguien en la calle [modo mama OFF].

Cajeros
Para algunos, es una buena alternativa. Es cómodo y seguro sacar dinero de cualquier cajero de la ciudad pero, nuevamente, alerta: comisiones. Hay bancos que cobran más que otros por sacar efectivo de sus cajeros.

También existen algunas tarjetas de crédito y débito que -según dicen- permiten extraer dinero desde cualquier cajero del mundo sin coste de operación (no obstante, el cajero hará la transacción al tipo que más le convenga). Una vez más – sorpresa-, conviene informarse bien.

Pago con tarjeta
He aquí una opción sabia para aquel que no quiera pulirse el dinero en efectivo que le queda. Los pagos con tarjeta son útiles como complemento del dinero en efectivo, sobre todo si se va justo de este último y se quiere rentabilizar su gasto.

Por supuesto, pagar con tarjeta también conlleva un sobrecoste, pero este suele ser menor que al usar un cajero, por ejemplo.

Pago en euros
“Espera… A mí un colega me dijo que fue a Budapest y que le aceptaban euros”. Bueno, es cierto. En algunos locales de algunas ciudades, pese a estar fuera de la eurozona, se aceptan euros. En cualquier caso, no es una buena decisión, pues el cambio lo aplicará el comerciante a su interés, con lo que tienes todas las de salir perdiendo.

Alternativas ‘smart’
Con la revolución tecnológica, nuevos players han agitado la mayoría de sectores, y la escena de las finanzas no es una excepción. Una de ellas es Revolut, que funciona como tarjeta-monedero. Con ella, puedes extraer, recargar, enviar y recibir dinero en más de 90 divisas distintas con el mejor tipo de cambio disponible, sin comisiones ni intermediarios bancarios.

Pensada y diseñada para viajeros frecuentes, Revolut ha granjeado gran cantidad de elogios por doquier. Debemos reconocer que en Waynabox todavía no la hemos probado, pero podéis tener por seguro que pronto lo haremos y, por supuesto, os lo contaremos.

Transferwise, desarrollada por los creadores de Skype, es una empresa que asegura el mejor tipo de cambio del mundo (con comisiones alrededor del 0,5% para la mayoría de divisas de uso común). Una alternativa inteligente, sin duda. ¿El problema? Se necesita tener una cuenta bancaria abierta en el país de destino, lo cual supone un escollo para muchos.

En un entorno cambiante, global y digitalizado como el actual, no sería de extrañar que próximamente siguieran apareciendo caras nuevas en el mercado financiero. Habrá que estar al loro.

 4. Volver limpio

También es importante calcular con antelación la cantidad que se prevé gastar. Solo un número limitado de monedas permite realizar de nuevo el cambio a euros al regresar. En total existen once divisas convertibles, el resto sólo sirve dentro de cada país o en algunos casos en países fronterizos.

Por lo tanto, si se ha cambiado por cualquier moneda que no sea dólar americano, dólar canadiense, dólar neozelandés, dólar australiano, yen japonés, libra esterlina, franco suizo, corona sueca, corona danesa o corona noruega, no se podrán volver a cambiar por euros en España al regreso de las vacaciones.

Además, hay que tener en cuenta que solo se podrán cambiar billetes, no monedas.

Con estos consejos, ya nada puede retenerte a viajar… ¡donde sea!

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