Viajar: el auténtico secreto de la felicidad (y no las compras)

Lo dice la ciencia. Viajar da más felicidad que comprar. Si hasta ahora pensábamos que ir a desembolsar nuestro sueldo en bienes materiales nos elevaba al éxtasis, parece ser que hay algo que nos hace segregar más endorfinas que ir al Fnac a comprarnos el último videojuego del momento o tirarnos la tarde comprando ropa. Y eso, amigos, es algo que por aquí nos va y mucho: viajar.

Esta es la conclusión a la que ha llegado la Universidad Estatal de San Francisco tras elaborar un exhaustivo estudio. El profesor de psicología Thomas Gilovich, responsable de la investigación, ha concluido que “nuestras mayores inversiones deberían dedicarse a crear recuerdos en base a experiencias y vivencias personales”. Y eso es algo que se consigue al viajar.

El psicólogo también ha comparado su hallazgo con el efecto de las compras, y ha dejado algo muy claro: “las cosas nuevas son emocionantes al principio, pero luego nos adaptamos a ellas”. Y es que, en efecto, puede que tras una larga y dura semana de trabajo, llegue el viernes y te apetezca irte a comprar unos zapatos nuevos, pero lo que realmente te generará felicidad a largo plazo es coger un avión y escaparte dos días. “Las experiencias que crean recuerdos para toda la vida nos hacen sentirnos más felices”.

Hagamos caso a la ciencia y… ¡a viajar!

En Waynabox te ayudamos a hacer las semanas más llevaderas planeando tu escapada de fin de semana perfecta a un destino sorpresa. ¡Reserva ya tu experiencia

4 nuevos destinos Waynabox desde Madrid

Año nuevo, destinos nuevos. Eso mismo es lo que hemos hecho nada más regresar a nuestras oficinas: buscar nuevas ciudades para nuestros viajeros aventureros que partan de Madrid. A partir de ahora, todos aquellos que reservéis un viaje desde la capital os encontraréis estos 4 nuevos destinos entre los 12 posibles. ¿Qué os parecen?

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Lisboa

Considerada una ciudad llena de magia, la capital portuguesa enamora a todo aquel que va. Siete colinas delimitan el corazón urbano y dan identidad a numerosos barrios que treman por laderas a veces demasiado empinadas. Pero no sufras: gracias a su red de tranvías, una de las más legendarias y pintorescas de Europa, podrás llegar a cualquier parte y disfrutar de increíbles vistas de la ciudad desde distintos ángulos, descubriendo a su vez su bucólica arquitectura. Callejear es un gusto, así como el comer: la gastronomía lusa además de económica ¡es deliciosa! No esperes más y cruza los dedos para que te toque esta bella ciudad.

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Copenhague

Más del 30% de su población usa la bici a diario y es que la capital danesa es una de las más eco-sostenibles del mundo. La que fue Capital Verde Europea en 2014 es, sin duda, un paraje bucólico donde perderse y dejar que el tiempo pase. Apuestan por la innovación, razón por la que tienen el Mejor Metro del Mundo (en 2010). Fieles a la cultura, Copenhague es cuna de dos Premios Nobel de Física. También adoran el buen comer y cuidan con mimo su gastronomía… por lo que no extraña que tengan uno de los mejores restaurantes del mundo, el Noma, que año tras año se va pasando el título con El Celler de Can Roca. ¡Déjate sorprender por sus aires nórdicos!

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Colonia

Fue uno de nuestros primeros destinos desde Barcelona y como gustó tanto… ¡Ahora lo llevamos a Madrid! Es una de las ciudades menos conocidas de Alemania, pero una de las que más gusta a quienes la visitan. Esto cambiará este 2016 pues… ¡es uno de los destinos tendencia del año! ¿Quieres saber por qué? Visítala y cuéntanos. Su especial encanto te enamorará.

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Marsella

Ubicada en la famosa Costa Azul, los amantes del mar disfrutarán al máximo de esta icónica ciudad portuaria del sur de Francia. El Vieux Port es el centro neurálgico -y visita obligada- del que se abren todas las calles de la ciudad, en las que podrás descubrir desde bellos edificios hasta las zonas comerciales más reputadas, como La Canebière. Y si regresas a orillas del mar… imprescindible ver el desfile de yates que se aglutinan a la costa. Fíjate bien… ¡seguro que ves algún famoso!

Viajar sin destino (no) es de locos

¿Alguna vez te has propuesto ir al aeropuerto y coger el primer avión que salga, sea el que sea su destino? Emprender un viaje sin rumbo fijo es arriesgado sí, pero mueve ese algo dentro de nosotros que hace que la emoción quiera más y más.

Estando rodeados por amantes de los viajes encontramos opiniones para todos los gustos. Que si viajar sin destino es más barato, que si es más caro, que descubres lugares apasionantes que no te imaginas o que no da tiempo a organizarse, por lo que no ves nada.

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Pero, ¿por qué viajar sin un rumbo fijo?

  • La Tierra es inmensa y queremos recorrerla toda. ¿Has soñado alguna vez con dar la vuelta al mundo a lo Willy Fog? Entonces elegir destino no es necesario. Recorre el planeta paso a paso y al final lo habrás visitado todo. Viajar sin destino es solo una forma de empezar a ver el mundo entero.
  • Segundo, y muy importante, viajar sin destino es más económico. ¡Tan sencillo como que si no tienes un destino definido puedes coger el vuelo más barato! Los vuelos suelen ser lo más costoso de un viaje así que si ahorramos en aviones más podremos invertir en otras cosas. Esto también es organizarse.

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  • Porque lo más importante de un viaje no es el destino. Una afirmación mucho más difícil de descubrir por uno mismo que las anteriores, pero no por ello menos cierta. Viajar te ayuda a conocerte a ti mismo, a vivir momentos únicos con tus compañeros de viaje, a crecer personalmente y a conocer personas y culturas increíbles. ¿Nos hemos puesto demasiado filosóficos? Ya nos contaréis al regresar.
  • ¡Adrenalina! En el siglo XXI nos hemos vuelto adictos a las emociones fuertes. Puenting, paracaidismo, snowboard… Si no estás dispuesto a romperte una pierna por sentir un poco de adrenalina apúntate a viajar sin destino fijo.

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  • Para desconectar. Ya sea por cambiar de aires, huir del desamor o de los agobios familiares, por escapar del trabajo o desconectar porque sí. Salir de casa siempre viene bien, y más si no tienes destino y no sabes dónde vas a terminar.

Vamos, que queda claro que viajar sin destino no es de locos. Viajar sin destino es de ahorradores, aventureros, amantes de la vida… ¿O son esos los más locos?

¿Alguna vez habéis viajado sin destino? Si os han entrado ganas de probar no dudéis en reservar vuestro viaje en waynabox.com