Mucho se ha hablado de Escocia últimamente, pero tal vez no tanto de su gastronomía. Hoy os presentamos el haggis. Haggis, wayner; wayner, haggis. Un placer.
El haggis es característico por su intenso sabor. Más concretamente, es (agarraos fuerte) un picado de corazón, pulmón e hígado de cordero u oveja, mezclado con harina de avena, cebolla, hierbas aromáticas y especias. Todo ello embutido en una bolsa hecha del intestino del animal. Se suele servir con neeps (puré de nabos) y tatties (puré de patatas). ¿No os suena delicioso?
Si sus ingredientes no os convencen, sabed que este curioso ágape es el plato nacional de Escocia, tan escocés como el kilt, las gaitas, el whiskey o los pelirrojos, y quienes lo han probado aseguran que tiene un sabor similar a la morcilla. Es un plato de origen humilde, puesto que aprovecha las vísceras que paladares más refinados desechaban, pero tanto arraigó en la identidad culinaria escocesa que el poeta Robert Burns le dedicó una oda. Y desde entonces, como tributo, el pueblo le asignó una fiesta que celebran cada 25 de enero, la Cena de Burns, en la que se sirve el haggis y se recitan los versos del poeta.
Tal es el orgullo de los escoceses por el haggis que lo lucen por doquier sin rubor alguno. Eso sí, dado que algunos de los ingredientes están prohibidos en algunos países (en Estados Unidos, por ejemplo, no se permite el consumo de pulmón de ningún animal) los inmigrantes escoceses más testarudos se ven obligados a montar un verdadero contrabando de su plato nacional.
¿Te ha gustado? (Nos referimos al artículo, no al plato). ¡Síguenos en Facebook y Twitter para más!
[symple_social icon=”facebook” url=”facebook.com/waynaofficial” title=”Follow Me” target=”self” rel=””][symple_social icon=”twitter” url=”twitter.com/flywayna/” title=”Follow Me” target=”self” rel=””]
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!