Dónde salir de noche en Roma (y llegar vivo a casa)

Buonanotte! dicen algunos a las 22h, antes de irse a dormir.

Buonasera! dicen quienes deciden no ir a la cama.

Es a estos últimos a quienes les interesará conocer los mejores lugares donde salir de noche en Roma, una ciudad que, curiosamente, se llena de luz al irse el Sol. El finde que estuve allí de Waynabox tuve la oportunidad de vivirlo en mis propias carnes. Y, aunque es verdad que una noche casi acabamos linchados por tres nazis en el tranvía (true story), lo cierto es que, echando la vista atrás, la experiencia general fue tremendamente divertida.

Las noches hay que empezarlas en Trastevere, que por algo es el barrio más concurrido de la Roma nocturna. Allí encontrarás cantidad de bares, pubs, restaurantes, sitios con música en directo e incluso fiestas callejeras. El punto de reunión habitual es la Piazza Santa Maria, donde los jóvenes se aglomeran alrededor de un bar con bebidas muy baratas. Lo que ocurre en esa plaza podríamos llamarlo botellón.

Al caer el Sol, poco a poco ya se empieza a llenar la Piazza Santa Maria
Al caer el Sol, poco a poco ya se empieza a llenar la Piazza Santa Maria

Es también una buena opción tomar algo en Piazza Navona y alrededores, algo más céntrico. Tal vez el ambiente sea más turístico y menos juvenil que en Trastevere, pero es siempre un buen lugar para cenar y tomar una primera copa en los muchos bares y pubs.

Luego, para la fiesta, propiamente dicha, el lugar por excelencia es Testaccio. Se trata de una pequeña colina adornada con una retahíla inacabable de discotecas: Notti Insolite, Zoobar, Coyote, Fake, Radio Londra, Jungle, Akab, Caffè Caruso, Caffè Latino, Joia, SottoSotto y tantas más. Si mi memoria no falla, nosotros entramos en Akab, donde nos colamos a una fiesta Erasmus por la cara que acabó guay. En esta jacarandosa colina se halla multitud de opciones, sí, pero el ambiente parecía un tanto raro, especialmente al principio de la noche. O tal vez fuera solo impresión nuestra. En verano, según nos contaron, la fiesta se suele desplazar a otras zonas de moda, con discotecas en la playa o al aire libre como el Gilda de Fregene.

Teenagers enjoying confetti in front of roller door whilst partying in street

Ostiense también es una zona accesible, entre Testaccio y la calle Via Libetta. Aquí también hay muchas discotecas (la mayoría cerradas en verano) como Goa o Heaven. Antes de salir, incluso, podremos ir a tomar el aperitivo o una copa después de cenar, a lugares singulares como Alpheus o Ex Magazzini Generali.

Una propuesta que vale la pena es el barrio universitario, San Lorenzo. Se encuentra detrás de la Estación de Termini, y es zona de jarana nocturna para estudiantes, siempre repleta de pizzerías y bares económicos. Hoy en día es uno de los rincones más modernos y animados de Roma, con un ambiente informal y juvenil que va más allá del clásico pub/restaurante: sus calles son guardadas por bibliotecas, galerías de arte contemporáneo, centros culturales y clubes donde hay jazz en vivo.

Por último, en el corazón del centro histórico de Roma, cerca de la Piazza di Spagna, se encuentra Gilda, uno de los disco-pubs más famosos de la capital, que a menudo es frecuentado por personalidades de la farándula.

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Algunos consejos generales para salir de noche en Roma

  • No hay horarios de restricción para los menores de 18 años, aunque sí está prohibido tomar bebidas alcohólicas para los menores de 16.
  • Los bares, pubs y cervecerías permanecen abiertos, generalmente, hasta las doce en invierno y hasta las 2 de la madrugada en verano.
  • Las discotecas abren a eso de las 9 de la noche, y cierran entre las 4 y las 5 de la mañana.

BONUS: ¿Y si no quiero salir de fiesta?

Por la noche, Roma ofrece una plétora de luces que se puede apreciar especialmente en algunos de los muchos monumentos que atestan la ciudad. Algunos de ellos, son incluso más atractivos al caer la noche que durante la jornada diurna. Lugares como la Fontana di Trevi o el Coliseo son sitios que no deberías perderte de noche, ya que aprovechan la ocasión para vestirse con sus mejores galas.

Colliseum in night time
Colliseum in night time

Existen tours que se organizan de noche y están pensados justamente para apreciar el encanto especial que desprenden Roma y sus monumentos bajo la luz de la luna. Hacer una visita guiada entre las luces de la ciudad puede ser una de las experiencias más originales que vivas en la eterna capital italiana.

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5 errores típicos al viajar a Roma

Si hay algo que tienen en común todos los turistas -o, por lo menos, la mayoría-, eso es que son inconfundibles. Tienen mucha -MUCHA- pinta de turistas. Y si eres de alguna gran ciudad… ¿qué tengo que contarte? Seguro que hasta tienes una ruta de “calles prohibidas” que evitas para no encontrarte con masas de guiris. Ay, sí, ser de la ciudad te hace sentir como por encima pero… lamentablemente tengo algo que decirte: sí, tú también pareces un turista. ¡Todos! Es inevitable. Inmiscuirse en una ciudad ajena, otra cultura y un estilo de vida distinto y conseguir camuflarse ¡no es fácil! Pero parecer un poco menos turista sí lo es, si sabes cómo. Si te de verdad te apasiona viajar, pasa de ser un turista más y muéstrate como un auténtico viajero. Sigue nuestro lema y don’t be a tourist, be a wayner. Gracias a Frederick Hawkins, embajador cultural del hotel Waldorf Astoria Rome Cavalieri, hoy os traemos cinco errores muy de turista que debes evitar en Roma:

1. Pedir café para llevar. Puede que te chiflen los vasos king size de Starbucks y los café latte con caramelo, canela, cacao y cardamomo, pero para un italiano eso es un auténtico sacrilegio al café. Y en Italia saben mucho de ello. Para los italianos, el café SIEMPRE se debe tomar en cuanto se prepara y en taza. Degústalo. Saboréalo. Date ni que sean 5 minutos en la barra del bar. ¡Ah! Y recuerda: un italiano jamás pediría café con leche pasadas las 12 de la mañana. Olvídate de un capuccino para merendar. La única excepción es el machiatto: un espresso sutilmente manchado de leche.

cafe

2. Vestirte como si a nadie le importara. Que Milan sea la capital de la moda no significa que Roma esté ajena a ello. Los romanos se toman muy en serio los dictámenes de estilo y aquí el buen vestir se lleva. Así pues, libera tu equipaje de cabina de estampados hawaianos, shorts muy shorts o combinaciones tan turísticas como polo más flip-flops. Da igual el calor que haga, los romanos siempre van hechos un pincel. ¡Ah! Y si eres mujeres, recuerda que deberás cubrir hombros y tobillos para entrar a la basílica de San Pedro. Respect.

style

3. Olvidar el beso al aire a la mejilla. Esto no será muy difícil pues en la cultura española ya lo llevamos en la sangre. Pero en el espíritu italiano, aún más y con una sutil diferencia: no hace falta rozarse las mejillas sino besar cerca de éstas pero al aire. Un apunte: la mujer siempre “inicia” el saludo y decide por qué lado de la cara se comienza el espectáculo.

Three best friends taking selfie on the street

4. Hacer una comida de tres o cuatro platos. De los italianos nos llega que son fanáticos al antipasto, que siguen con un primo, un secondo y un dolce en cada comida. Pero como ocurre con todo, cojámoslo con pinzas. La fórmula primero, segundo y postre también es típica en España, pero bien que la rompemos si el manjar es una buena paella valenciana o un contundente cocido madrileño. Claro que comen más como nosotros y no un sencillo sandwich como en países anglosajones, pero en su justa medida. Un antipasto a compartir y una pizza o plato de pasta está más que bien. Para desayunar nada de cereales: un capuccino y un cornetti (cruasán). Eso si: en Roma son de comer más ligero y abusar más en la cena. Toma nota.

Friends Happiness Enjoying Dinning Eating Concept

5. Dudar cuando conduces o cruzas una calle. Roma es una ciudad saturada de tráfico y, por ello, abundan las motos y scooters. Y decir “abundan” es quedarse corto. Cómo no, una ciudad plagada de motos es sinónimo a… un poco de caos en materia de circulación vial. Eso los romanos lo saben bien y por ello le ponen empeño y tesitura en sus trayectos. No dejan lugar a duda y ante cada movimiento, que nadie les lleve la contraria. Lo mismo con los peatones, que cruzan la calle con la convicción de ser los dueños de las aceras. No dudes, tu lánzate. Así lo harían ellos.

Pantheon in Rome and people

Y ahora que ya no eres un mero turista sino un auténtico viajero… No esperes más y reserva aquí tu viaje sorpresa Waynabox. Con suerte te irás a Roma y… sino… ya te daremos nuevos consejos 😉

 

Mi primer Waynabox: a Roma con amor

Tras medio año escribiendo en este blog, no fue hasta el pasado diciembre cuando lo entendí de verdad. Fue durante los días previos a mi primer Waynabox, y la que sería mi primera vez en Roma.

MIÉRCOLES, DÍA -2

1

onicofagia

Del gr. ὄνυξ, -υχος ónyx, -ychos ‘uña’ y -fagia.

  1. f. Med. Costumbre de comerse las uñas.

En estas estábamos mi tocayo Carlos y yo, presas de una incertidumbre irresistible, cuando -¡bip!-, e-mail. De Waynabox. Ay, madre. Qué risa más tonta…Clic.

¡Roma!

Y más risas, esta vez de pura emoción, que encima era compartida. Ese fue el momento. Ahí comprendí, al fin, por qué tanta gente viaja con Waynabox cada fin de semana.

VIERNES, DÍA 1

2

– Carlos, tío, ¿qué tal vas de italiano?

– Me defiendo.

– ¿Cómo se dice ‘hola’?

– Holi.

La primera, primerísima impresión que tuvimos de Roma fue que todo parece querer despistarte, que te entretengas por sus callejuelas y nunca cojas el camino más corto, lo cual no está del todo mal si no tienes un plan establecido.

Como ambos somos un poco desastre en el arte de planificar, decidimos hacernos un esquema general con los cuatro lugares de visita imprescindible, pero siempre dejando espacio para la improvisación y el dejarse llevar.

Ya en el hotel (B&B Hotel Roma Trastevere, bien comunicado y con todas las comodidades necesarias), dejamos los bártulos y nos dirigimos al centro. Una vez allí, todo está a tiro de piedra. No cogimos ningún transporte público en todo el finde más que el tranvía que nos dejaba en la puerta del hotel.

Bajando en Piazza Venezia, no queda otra que acercarse al imponente memorial a Victor Manuel II, quien fuera el primer rey de la Italia unificada. Paso a paso, enfilamos por los callejones hasta encontrar la Fontana di Trevi, siempre atestada de turistas, y seguimos más allá hacia Piazza di Spagna y sus interminables escaleras. El ascenso no solo valió la pena por las vistas, sino también por descubrir Villa Borghese, un precioso y tranquilísimo parque, sede de la famosa Galería Borghese y de un par restaurantes caros en los que no comimos.

Eso sucedió en la Piazza del Popolo, donde paramos a descansar en nuestro peregrinaje hacia la Ciudad del Vaticano. Para ello, cruzamos por el puente de Sant’Angelo, que debe su nombre al bonito castillo que lo preside. En la Santa Sede pasamos la tarde-noche, admirando la opulencia de la Basílica de San Pedro, la belleza de la Capilla Sixtina y, por supuesto, la estrafalaria indumentaria de la Guardia Suiza Pontificia.

SÁBADO, DÍA 2

3

– L’ingresso in discoteca è chiuso.

– Somos Erasmus.

Avanti!         

El sábado olía a arena y a gladiadores. Ese día, en nuestra Barcelona natal, se jugaba el Clásico y, por supuesto, la visita al Coliseo era obligatoria. Resulta imposible pasear por las galerías del estadio romano y no trasladarse 2000 años atrás, cuando la multitud poblaba las gradas de vítores y exabruptos.

A la salida de nuestra visita, todavía extasiados, paseamos por las ruinas del Foro Romano, de camino a algún pub del centro en el que ver un Barça-Madrid que finalmente Sergio Ramos se encargaría de agriarnos.

El resto de la tarde se reservó al descanso y la contemplación, pues había que ahorrar energías para lo que esperaba a la noche. Todo el mundo nos había hablado maravillas del buen ambiente que inundaba Trastevere por las noches, de modo que le hicimos un hueco en nuestras agendas. Si bien es cierto que las voces, paseantes, terrazas y bebidas daban su propia calidez a la noche de diciembre, bien pronto no quedó ni rastro de ningún alma por las plazas. Apenas era la 1am y cualquier atisbo de fiesta parecía haberse esfumado. Preguntamos y nos recomendaron salir por Testaccio, una popular zona de ocio a esas horas. Parecía nuestra mejor opción.

No lo pareció tanto cuando, al llegar allí, las esvásticas de los tifosi de la Lazio y la Roma empezaron a poblar las paredes. El rollo, la verdad, era un tanto jincho, decorado por una retahíla de discotecas de dudoso gusto. Sin embargo, entre la tónica imperante, encontramos un simpático local, donde nos colamos a una fiesta Erasmus en la que todo el mundo, según resultó, acababa por ser español.

DOMINGO, DÍA 3

4

– Oye, ¿tú tienes mi tarjeta de embarque?

– ¿Qué?

– Ay, Dios…

Nuestro vuelo salía por la tarde, así que tuvimos tiempo para aprovechar el último día con la calma que se merecía. Eso significó pasear por la mañana hasta sacudirnos de encima la resaca, y hacer hambre para después matarla en el delicioso Cantina e Cucina, un restaurante tradicional al pie de Piazza Navona, donde comimos como si no hubiésemos probado plato en días.

La jornada transcurrió con la tranquilidad que precede a las despedidas, esa suerte de antesala de la nostalgia. Pero no podíamos irnos sin antes pasar por el Panteón de Roma, que se erige como un coloso en medio de la Piazza della Rotonda. Ese fue nuestro adiós.

Deshicimos el camino que habíamos realizado dos noches atrás para llegar desde Termini hasta el aeropuerto, y todo habría ido sin sobresaltos ni contratiempos si no fuera porque Carlos quiso añadirle un poco de emoción al asunto y perder su tarjeta de embarque cuando ya hacíamos cola para subir al avión.

Por suerte, todo quedó en un susto y en una amistad hecha trizas.

Dos días en Roma: finde a tu aire por Paula

Existen ciudades, que al menos una vez en la vida hay que visitar…¡y Roma es una de ellas! Hay quien viaja motivado por la cultura, otros por ver paisajes, quizá seas de los que lo hacen por comer, o a los que les encanta empaparse de historia… a mí simplemente me apasiona descubrir rincones secretos que me alejan del bullicio y me permiten conocer cómo viven realmente los autóctonos.

Levantarse en Roma y poner un pie en la calle, es empezar la aventura de buena mañana! El sonido de los coches, los claxons de las vespas y el tono alto al hablar de los romanos…hace que pronto te sientas inmerso en la ciudad! Una muy buena opción para empezar el dia y coger fuerzas es el bar Fondi, cerca de la estación de Termini. Si quieres encontrar el mejor equilibrio de café, azúcar y crema en un capuchino, acompañado de la mejor de las sonrisas…¡sin duda te sorprenderá!

Dicen que en el Bar Fondi hay el mejor capuccino de Roma... ¡y no me extraña! Pruébalo en Via Magenta, 48.
Dicen que en el Bar Fondi hay el mejor capuccino de Roma… ¡y no me extraña! Pruébalo en Via Magenta, 48.

Es hora de visitar la antigua Roma. Realmente es muy fácil ir siguiendo las indicaciones sobre dónde encontrar todos los monumentos, ruinas y museos de la ciudad eterna. Pasear por sus calzadas es transportarse a aquella época del imperio es su esplendor e imaginarse con una túnica y una tiara, en la más bella época de la urbe!!

Reponer fuerzas por el centro es muy sencillo, si no queremos perder mucho tiempo, la mejor opción es una pizza al taglio…y Bonci es siempre una elección segura. Pero si queremos visitar el pintoresco barrio de Campo di Fiori, cruzando uno de los puentes que atraviesa el Tiber te encontrarás con uno de los distritos más auténticos de Roma. Tendrás que hacer un poco de cola, pero pedirse una porción de pizza en el forno Campo de Fiori, realmente merece la pena. Aunque si en cambio eres de los que te gusta sentarte a disfrutar, puedes buscar La Frascheta de Roma, La Antica Norcineria Viola o el Bacanale Ristorante…no quedarás indiferente a sus sabores!

A la izquierda, las pizzas de Bonci y, a la derecha, las de
A la izquierda, las pizzas de Bonci y, a la derecha, las de Campo di Fiori

¡Atardece! y no se me ocurre mejor plan que subir al Jardino de Gli Aranci, situado en una de las 7 colinas que forman el corazón de Roma. Desde allí podrás contemplar como el naranja del sol refleja en la cúpula del Vaticano y en cada rincón del skyline romano. Te aseguro que es una de esas imágenes que guardarás en tu retina para el resto y, si no lo crees, toma nota de la foto principal de este artículo.

Tras una ducha reparadora, es tiempo para el “Aperitivi”. En Italia es todo un ritual beberse un spritz y picar algo antes de cenar, es la excusa perfecta para hacer un poco de vida social! La ciudad está repleta de lugares, pero il Quartieri Monti es perfecto para rodearse de un ambiente frecuentado por romanos, lleno de galerías de arte, jóvenes diseñadores y locales cools como el Ai Tre Sacalini, el Black Market o la Librería Caffè Bohemien.

Por último, es indispensable no irse de Roma sin probar unos carbonara, ¡su plato estrella! Trastevere es un barrio mágico de calles estrechas y adoquinadas envuelto de misterio y esencia que hacen que sentarse en la trattoria Gli Amici a saborear un exquisito plato de saltimboca a la romana, unos carciofi o una amatriciana acompañados de un buen vino sea uno de los mayores placeres para ponerle el broche a un día perfecto.

spritz carbonara
El spritz de Ai Tre Scalini y la carbonara de la Trattoria de Gli Amici

Y si somos de los que no nos vamos de un sitio sin saber cómo es la ciudad de noche, el mismo Trastevere nos ofrece una gran variedad de locales en los que tomarse un cocktail, escuchar música en directo o simplemente bailar hasta que el cuerpo aguante! Sin duda alguna Roma es sencillamente Imperial, no solo por la gran historia que la rodea, sino por la huella que deja cuando la visitas.

Por Paula, Adventure Advisor en Waynabox

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10 datos curiosos que te harán tener ganas de viajar

El mundo está lleno de curiosidades y la mejor forma de conocerlas es viajando. No hay duda de que viajar es uno de esos placeres de la vida que nos permite abrir la mente y disfrutar. Pero no solo eso, viajar nos permite descubrir, se mejores personas y encontrarnos mejor. Eso es algo que tenemos muy claro en Waynabox, por eso queríamos recoger algunas de las mejores curiosidades del mundo. ¿Las conoces?

1. El 89% de las personas que viaja ve reducido su umbral de estrés a los dos días de escaparse. Sin duda, la mejor excusa para reservar un viaje de fin de semana. ¡Ah! Y también disminuye el riesgo a sufrir enfermedades del corazón.

2. Además, viajar es una de las claves de la felicidad. Un reciente estudio de la Universidad de San Francisco determinó que crear recuerdos a largo plazo nos hace más felices que comprar. Los analistas pusieron como ejemplo el viajar.

3. Hong Kong es el país con más rascacielos del mundo: tiene 43 edificios de más de 200 metros. Por contra, Libia es el país menos edificado, pues el 99% de su territorio es… ¡desierto!

4. El país más visitado es Francia. Aunque si hablamos de ciudad, esa es Bangkok.

5. Cada día se lanzan a la Fontana di Trevi el valor de unos 3.000 euros, una cuantía que se recoge cada noche y que se destina a organizaciones benéficas (principalmente, a Cáritas).

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6. La Torre Eiffel es el tercer monumento más visitado del mundo, después del Taj Mahal, en la India, y las Pirámides, en Egipto.

7. La “guardia suiza” del Vaticano, en Italia, aún viste el uniforme ‘fashion’ inspirado en el Renacimiento por el famoso pintor Rafael.

8. Cada día se realizan más de 102.000 vuelos comerciales.

9. Viajar ayuda a reforzar lazos. Por eso, los psicólogos recomiendan viajar con la pareja, con los amigos y con los hijos para mejorar las relaciones. ¡Es la mejor terapia!

10. Descubrir mundo…. ¡nos hace más creativos e inteligentes!

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Roma low cost: escapada de fin de semana

Dos días antes de viajar descubres que tu destino sorpresa es… ¡Roma! La “ciudad eterna”, donde historia, arte, arquitectura, naturaleza y vida callejera se mezclan dando lugar a una de las ciudades más fascinantes y bonitas del mundo. ¿Escapada de fin de semana low cost en Roma? ¡Sí, es posible!

Gastar poco en Roma

Sabemos que tienes poco tiempo para organizar el viaje, y por eso hemos hecho el trabajo duro por ti. Te contamos cómo disfrutar de un fin de semana de película en la capital italiana sin que tu bolsillo lo note en exceso. ¡Toma nota wayner!

Transporte low cost en Roma

Los monumentos más importantes de la ciudad se encuentran en el centro de la ciudad, ¡la mejor forma de verlo todo es moverse a pie! Eso sí, después de todo el día caminando el regreso al hotel se agradecerá si lo haces en metro o autobús. Cada ticket cuesta alrededor de 1€, aunque puedes comprar un billete para varios días por unos 12€, ¡una ganga comparado con otras ciudades europeas!

Otra forma de moverse por Roma es alquilar una bicicleta o usa el servicio público de bicicletas Roma bike. Podrás encontrarlas por un precio bastante económico, aunque te recomendamos que tengas cuidado con el tráfico, ¡Roma destaca por el caos de sus calles!

Comer low cost en Roma

Cerca de la Piazza Navona encontrarás la Pizzería Da Baffetto, donde dicen que se hacen las mejores pizzas de la capital ¡apta para turistas low cost! Si prefieres comer en la calle encontrarás locales de pizza al taglio en esquinas de toda la ciudad, acompáñala de un gelato y tienes el perfecto menú de Roma low cost. Si prefieres probar la pasta acércate hasta Pasta Imperiale, establecimiento especializado la pasta para llevar en el que podrás comer auténtica pasta italiana por unos 5€.

roma low cost

Turismo low cost en Roma

Visitar monumentos gratis en la ciudad eterna es posible. El Panteón, la Basílica de San Pedro, la escalinata de la plaza de España, la Fontana di Trevi, la Boca de la Veritá o el Trastévere, todos imprescindibles gratuitos de turismo en Roma low cost. Si todavía tienes ganas de ver más monumentos podrás encontrar ofertas en entradas y descuentos para jóvenes y menores de 25 años en muchos otros.

gastar poco en roma

Salir low cost en Roma

La gente en Roma sale más tarde que en otras ciudades de Europa, algo más parecido a como salimos los españoles, después de cenar. Podrás encontrar mucho ambiente en los bares de Campo de Fiori, Piazza Navona y Via della Pace. Si lo que buscas es salir de discoteca tendrás que ir a la zona de Testaccio y Ostiense. Si prefieres una noche más low cost entre bares y pubs tu sitio es Testaccio, además podrás encontrar bares con música en directo y lugares en los que se puede tanto comer como bailar.

Ahora que ya te hemos contado todos los secretos solo queda disfrutar del viaje. ¿Se te ocurre algo mejor que regalar un viaje sorpresa? ¡Es el plan perfecto! La persona que recibe el regalo no tendrá que preocuparse de nada, solo elige las fechas y del resto nos encargamos nosotros. El viaje sorpresa Waynabox incluye vuelos y alojamientos de calidad. Seleccionamos cuidadosamente alojamientos ‘best in class’, recomendados por TripAdvisor y con excelentes puntuaciones de nuestros viajeros. De este modo, la única sorpresa será el destino 🙂

 

Mi primera vez en Roma (por Edgar Peñaranda)

Hoy, queremos compartir la fascinación del wayner Edgar Peñaranda en su Primera Vez en Roma. ¡Gracias, Edgar!

Seguid enviándonos vuestras Primeras Veces a hola@wayna.org 🙂

Todos tenemos un lugar al que queremos volver. Yo tengo más de uno, la verdad, pero si tuviese que escoger de entre todos esos lugares mágicos y llenos de recuerdos, me quedaría con Roma.

Ya sea por las películas de romanos que a todo “friki” que se precie le encantan, o bien por la gran cantidad de historia que tiene, la ciudad de Roma es un lugar que todo amante de los viajes -y de la vida misma- debe visitar.

Mi primera vez en Roma (y la única hasta ahora, aunque espero que esto cambie pronto) fue en un viaje familiar. Y eso, amigos, tiene sus ventajas y sus desventajas. Su principal ventaja es que fuimos a todos los sitios habidos y por haber; la principal desventaja, que a las 12 de la noche ya estábamos en el hotel.

Entrando en materia, mi primer recuerdo de Roma es la estación de autobuses. No es que sea el mejor sitio para empezar un viaje, pero fueron mis primeros pasos en la Ciudad Eterna (qué le voy hacer, soy un sentimental). Al poco de llegar a Roma te das cuenta de que  puedes ir de un lado a otro andando, y que si no lo haces te pierdes las grandes maravillas que esconden sus callejuelas o incluso algún tesoro que pasa desapercibido. Y creedme si os dijo que hay un montón: casi en cada calle te puedes parar y fascinarte con cualquier estatua o fachada de edificio.

Lo bueno de Roma es que todo está a un paseo de distancia, y todo es visitable. No voy a decir que es imprescindible visitar X o Y, porque pasear tranquilamente por el centro es el medio perfecto para encontrarlo todo. Eso sí, no cabe esperar verlo todo de una vez, es imposible. Además, el buen viajero sabe que siempre se ha de dejar algo por ver para tener un motivo que le haga volver.

Una visita a Roma no está completa sin pasar por el almacén de obras de arte también conocido como El Vaticano. Religión aparte, ver el Vaticano es una experiencia agradable siempre y cuando te interese el arte (aunque el mero hecho de ir a Roma ya es una muestra de interés por el arte en sí). Sala a sala aparecen infinidad de obras que no puedes evitar admirar, siempre que tengas tiempo, claro, pues la cantidad de gente por metro cuadrado es un hándicap.

Pese al gentío, he de estar agradecido, ya que fue allí donde guardo mi mejor recuerdo: las vistas desde lo alto de la cúpula de san Pedro. Toda Roma a tus pies, una imagen que no puedo describir sin utilizar la palabra ‘mágica’. Solo por eso ya valieron la pena todos y cada uno de los escalones que daban al mirador.

No obstante, en un viaje familiar no todo es ver museo -y, créeme, ves muchos museos-, también es un viaje donde preocupa comer. Porque ya sabes que comer en Roma, y más si te da por comer en la terraza de un restaurante cerca de a la Fontana de Trevi, va ser muy caro. Lo que no sabes es que aun hay un sitio mejor, porque donde esta la mejor comida es en los callejones donde tu madre no está a gusto, en el local ese que tenía pinta de ser un sitio lúgubre y triste.

No puedo terminar sin preguntarme por qué alguien estaría leyendo estas líneas en lugar de viajando a Roma. Con calzado cómodo, por supuesto, que hay que andar mucho para que valga la pena. Y, por mi parte, como dice la canción: Arrivederci, Roma.