Los 10 mandamientos del viajero espontáneo (IV y V)

La vida del viajero es dura. Por eso hemos elaborado una lista con los 10 mandamientos esenciales que todo buen Wayner debe tener en cuenta. Estate atento 😉

IV. No planearás (en exceso)

A estas alturas de la vida, ya deberías saber que los mejores planes son los que no se planean. Piensa en aquella noche que parecía que tú y tus amig@s estabais de apalanque, y al final acabó siendo un desmadre de proporciones épicas (ya se sabe: “una cosa llevó a la otra… me liaron…”). Pues eso, que hay que dejarse llevar un poco adonde sople el viento. Lo que empieza siendo como un “paseo tranquilito por el centro” puede acabar en la fiesta de cumpleaños de un magnate ruso en su yate, con Hamid -tu nuevo mejor amigo- y un simpático chimpancé que curra de mayordomo, entre otros.

O tal vez acabe siendo un paseo tranquilito por el centro. La cosa es no cerrarse puertas, oiga.

V. No comprarás souvenirs cutrones

No lo hagas. Aunque en la tienda pareciese gracioso… No lo hagas.

Nadie querría compartir hogar con este inquietante ser.
Este perro tampoco parece especialmente feliz por existir. Él lo sabe.
Y desde luego, esto (sea lo que sea) no entra en el ideal de belleza de cualquier persona sana.

Los 10 mandamientos del viajero espontáneo (II y III)

La vida del viajero es dura. Por eso hemos elaborado una lista con los 10 mandamientos esenciales que todo buen Wayner debe tener en cuenta. Estate atento 😉

II. No usarás un mapa en vano

Porque perderse mola, y hay que aprender a perderse. Perderse más y perderse mejor. Curiosamente, las mejores formas de conocer un lugar no suelen implicar un mapa o un móvil. ¿Has oído eso de que perderse es la mejor manera de encontrarse? Pues también es la mejor manera de descubrir cosas nuevas. No desaproveches la oportunidad y (aunque suene mal) ¡piérdete!

Aclaración: Eso sí. Hay situaciones en las que es necesario echarle un ojo al mapa, no vaya a ser que te metas en un barrio chungo de noche y luego vayas diciendo por ahí que te lo hemos aconsejado nosotros.

III. No procrastinarás

Procrastinar (del latín: procrastinare) vtr. Posponer, aplazar, dejar para después.

Efectivamente, no procrastinarás. ¿Por qué viajar dentro de dos meses cuando puedes hacerlo mañana? Es más, ¿por qué viajar mañana cuando puedes hacerlo hoy? La pereza es un gran obstáculo para el viajero, pues le impide ver lo sencillo que es coger una maleta y salir a ver mundo. En serio, es que está ‘chupao’. ¡Hoy es el día!

En Wayna solo tenemos tres archienemigos: la pereza, el aburrimiento y el que inventó las asas extensibles de las maletas y que siempre se quedan atascadas. Así que no les apoyes, no contribuyas a hacer del mundo un lugar peor. Di no a las maletas cutres.

Los 10 mandamientos del viajero espontáneo (I)

La vida del viajero es dura. Por eso hemos elaborado una lista con los 10 mandamientos esenciales que todo buen Wayner debe tener en cuenta. Estate atento 😉

I. Amarás a tu mochila sobre todas las cosas

(O maleta, claro está). Básicamente porque es lo único que tienes. No te separarás de ella ni para ir al baño, especialmente cuando todavía no hayas llegado a tu hotel/hostal/apartamento/ habitación/banco del parque. Tu equipaje va a acabar suplicándote que hagas amigos, que necesita espacio y daros un tiempo, pero a ti eso te la trae al pairo, y proseguirás con tu incesante despliegue de amor hacia tus bártulos.

Lo que tu mochila no parece entender es que tu vida sin ella no tiene sentido. Ella es tu todo. Bien es cierto que alguna vez has mirado a otras mochilas, no lo vamos a negar, con sus espaldas acolchadas y sus bolsillos supletorios; pero tu mochila es tuya, y eso la hace única. Nadie juguetea nerviosamente con su cremallera como tú lo haces. Nadie entrelaza las piernas entre sus correas cuando está sentado como tú lo haces.

Y habéis vivido mil y una aventuras juntos, como aquella vez que ella desapareció repentinamente en el aeropuerto, y volvió a casa arrepentida semanas después, tras haber visto medio mundo. O cuando te salvó la vida en aquella excursión, amortiguando tu torpe caída de espaldas.

Tu mochila y tú habéis vivido muchas cosas, y por mucho que a veces sea un poco difícil convivir con ella, todavía os esperan grandes aventuras.